Ante las presiones de las principales potencias occidentales, Sun Yat-Sen tuvo que dimitir a favor del general Yuan-Shi-Kai, quien desconociendo la constitución de 1913, gobernó como dictador hasta 1916, año en que murió.
En 1917, Sun Yat-Sen obtuvo nuevamente el gobierno y acabo algunas reformas políticas tendientes a democratizar las acciones del gobierno. Sin embargo, en 1925 su obra quedó inconclusa por su muerte.
La conducción del kuomingtan, quedó en el mando del general Chang Kai-Shek, quien al pronunciarse por el establecimiento en China de una república liberal burguesa con fuerte penetración de capital extranjero, rompió con los comunistas, iniciándose una larga guerra civil entre el gobierno militar y el Ejército Rojo campesino dirigido por Mao Tse-Tung.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945, el gobierno de Chang Kai-Shek contó con el apoyo de Estados Unidos. Los comunistas, comandados por Mao Tse-Tung, quienes estaban en Yenán, Región norte de China, condujeron al Ejército Rojo hacia Pekín. Tras largos esfuerzos y constantes luchas, tomaron la capital en 1949 y establecieron la Repúbilca Popular China.
Bajo la dirección del gobierno comunista y con el apoyo de la URSS, se inició un período de transformaciones económicas y sociales que en muy poco tiempo mejoraron el nivel de vida de toda la población. Con el reparto de tierras se impulsó la agricultura, y la industrialización del país fue rápida.
Las empresas y propiedades que habían estado en manos de los japoneses o de altos funcionarios chinos fueron nacionalizadas. Los chinos se organizaron en comunas populares, que se convirtieron en la base de la organización económica y social del país, y hubo un notable avance científico, que permitió hasta la fabricación de una bomba atómica.
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