domingo, 9 de junio de 2013

China y la penetración extranjera

China representaba para los europeos una fuente inagotable de riqueza, basada en el té y el algodón. Los funcionarios chinos corruptos permitieron a los ingleses la actividad comercial en el puerto de Cantón, para la venta ilegal de opio, a pesar de que el consumo de éste estaba prohibido. El uso extensivo de esta droga en la población provocó actos que algunos funcionarios intentaran impedir su venta.

El atraso industrial y la disposición administrativa de China, no pudieron resistir la organización militar y el avanzado armamento de los ingleses, y el país fue derrotado en la Guerra del opio (1840-1842)

China tuvo que firmar el Tratado de Nankún, por el cual Inglaterra obtuvo el dominio del puerto de Hong Kong, la apertura de otros puertos, la desaparición de la autonomía china para fijar impuestos a los productos ingleses y una indemnización. Como consecuencia de la Guerra del opio, los gobernantes chinos fueron perdiendo control sobre su población y su territorio.

De 1856 a 1860, China sostuvo una guerra más contra Inglaterra y Francia, por lo que otorgó otras concesiones plasmadas en los tratados de Tiensin y Pekín. También estaba amenazada por el expansionismo estadounidense y japonés, y tanto Rusia como Alemania establecieron bases en territorio chino.

La derrota que tuvo frente a Japón (guerra chino-japonesa de 1894), aceleró al saqueo al que era sometida. Al iniciar el siglo XX, China quedó repartida en zonas de influencia de Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, Estados Unidos y Japón.

De esta manera, fue quedando ajo el dominio extranjero, pero siempre hubo protestas populares. La más importante fue la de los boxers, en 1900, la cual, aunque derrotada, sirvió de antecedente a la revolución de independencia dirigida por el doctor Sun-Yat-Sen, en 1911, que derrocó al último emperador chino Pu-Yi.

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